Para empezar es importante aclarar que no se trata de no ser positivos, sino de entender como nos sentimos incluso cuando estamos bien. En eso consiste la positividad tóxica: en imponernos una actitud falsamente positiva al generalizar un estado feliz y optimista sea cual sea la situación al silenciar nuestras emociones «negativas». Analizamos el tema con el licenciado en psicología, Mauro Turano.

Buenisimo felicitaciones